(5)
-- Y, ¿usted qué tiene? – preguntó él cuando consideró que era oportuno
hacer la pregunta.
-- Porfiria, contestó ella – sin dejar de sonreír de todo y por todo.
Ella comenzó a contar en qué consistía. Y comenzó, igualmente, a contar
las crisis de porfiria, de las crisis que ella sufría, y cómo es el
tratamiento, como también en dónde producen la medicina, y desde cuándo.
Las emociones fuertes le generan crisis. Ya porque se ría mucho; ya
porque se ponga triste. Igual le da crisis de porfiria.
-- No se vaya a reír mucho – dijo él, en forma de chiste y de broma, pero
un poco asustado, que tuviese que presenciar una de sus crisis.
Ella siguió hablando. Él la observaba, mientras esperaban que los
llamaran por separado a la sala donde les colocarían sus respectivos
medicamentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario